Elecciones de Venezuela no tan sorprendentes ni tan cambiantes al juego

28 Septiembre 2010

Mark Weisbrot
The Guardian Unlimited, 28 de septiembre, 2010
En Inglés

Las elecciones de ayer de  los 165 representantes de la Asamblea Nacional son significativas, aunque es improbable que lleven a un gran cambio en Venezuela, a pesar de que la oposición haya ganado más de lo esperado. Al momento de publicación de este artículo, el Partido Socialista Unitario Venezolano pro-gobierno ya ganó 95 puestos, más 63 para el partido de oposición Unidad Democrática, 5 para otros partidos y los demás aun indecisos.  

La oposición dice haber ganado una mayoría del voto popular, aunque aparentemente este reclamo no es cierto; los totales exactos todavía no están disponibles y se sabe que el voto popular estaba muy comparable entre los dos partidos más grandes.

Como se esperaba, la mayoría de la prensa internacional y sus fuentes resaltaron los resultados como una “gran derrota” para Chávez, poniendo el primer paso del camino hacia su posible eliminación en las elecciones presidenciales del 2012. Sin embargo, estas opiniones resultan exageradas.

El voto fue entendido como un referéndum sobre Chávez, y de hecho sería más bien una anomalía en la historia de la política electoral si el gobierno no perdiera algo de apoyo después de la recesión del año pasado que continuó por lo menos hasta en el primer trimestre del presente año. La popularidad de Chávez siempre ha fluctuado según la economía, llegando a su punto mas bajo durante la ultima recesión del 2002 al 2003, a pesar del hecho de que fue provocada por un paro petrolero de la oposición. Su índice de aprobación ha caído desde un 60 por ciento al principio del 2009 a un 46 por ciento el mes pasado.  

Al comparar con el caso estadounidense, el índice de aprobación del Presidente Obama ha caído desde un 68 por ciento en abril del año pasado a un 45 por ciento durante el presente mes, y se espera que su partido mida grandes pérdidas en las elecciones legislativas aquí en noviembre, con algunos de los que hacen encuestas prediciendo una pérdida de la mayoría democrática en la Cámara de Representantes – y todo esto a pesar del hecho de que es muy claro que Obama heredó de su predecesor los problemas económicos del país.

No resulta muy claro por que se esperaría que Venezuela se eximiera del funcionamiento normal de las políticas electorales. La oposición mantiene la mayoría del ingreso yriqueza del país, e incluso la mayoría de los medios de comunicación. No tienen ningún problema en divulgar su mensaje, incluso si el gobierno – más que todo por medio de Chávez – también tiene un megáfono grande. Obama también se enfrenta a los fuertes medios de comunicación derechistas, con  Fox News ahora siendo una de las fuentes más populares para la cobertura de las elecciones de noviembre del 2010. Sin embargo, la prensa de oposición es aun mucho menos en los Estados Unidos que en Venezuela.  

Se ha reportado mucho sobre el hecho de que la oposición ganó mas de una tercera de la Asamblea Nacional, indicando que ahora la oposición pueda obstaculizar la legislación significativa que “profundizaría la revolución.” La importancia de este resultado también resulta muy exagerada.

En realidad, es improbable que el hecho de que el gobierno ahora tenga menos de una mayoría de dos-tercios provoque mucha diferencia. El ritmo con el que el gobierno adopta sus reformas socialistas ha sido limitado mucho más por su capacidad administrativa que por la política. Recientemente, el diario Financial Times sumó el valor de las industrias nacionalizadas por el gobierno de Chávez. Sin contar petróleo, la cifra llegó a menos de un 8 por ciento del PIB durante los últimos cinco años. A Venezuela aun le falta mucho para que el estado tenga tanto control en la economía como lo tiene, por ejemplo, Francia.

Del lado positivo, el resultado más interesante de esta elección es que la oposición ha participado, ha aceptado los resultados, y ahora mantiene un bloc de representantes que puede participar en una democracia parlamentaria. Si elija hacerlo, podría ser un avance para la democracia venezolana, la cual ha sido minada por más de una década. Como ha notado el líder de oposición Teodoro Petkoff, la oposición perseguía una estrategia de “derrota militar” en los primeros cuatro años, dentro del cual se incluyeron un golpe militar y un paro petrolero devastador que lisió la economía. En el 2004, la oposición buscaba la ruta electoral e intentaron sacarlo a Chávez a través de un referéndum; fracasaron y rápidamente negaron reconocer el resultado, a pesar de su certificación por los observadores internacionales como el Carter Center y la OEA.

De ahí, abstuvieron por completo durante la ultima elección para la Asamblea Nacional en el 2005, esperando retratarlo al gobierno como una “dictadura” y dejándose sin representación durante los últimos cinco años. Este bloc parlamentario recién-elegido tiene la potencial deatraer a la oposición a una verdadera participación política. Si eso resulta, sería un avance significativo para un país que ha estado demasiado polarizado políticamente por demasiados años.


Mark Weisbrot es codirector del Center for Economic and Policy Research (CEPR), en Washington, D.C. Obtuvo un doctorado en economía por la Universidad de Michigan. Es coautor, junto con Dean Baker, del libro Social Security: The Phony Crisis (University of Chicago Press, 2000), y ha escrito numerosos informes de investigación sobre política. económica. Es también presidente de la organización Just Foreign Policy. También es co-escritor del documental más reciente de Oliver Stone, “South of the Border” que ahora se estrena en cines.

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