22 Julio 2015
Jake Johnston
Al Jazeera America, July 15, 2015
La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglos en ingles) dio casi US$100,000 a un movimiento político de Haití con estrechos vínculos con el presidente Michel Martelly después de las elecciones del país de 2010, según revelan documentos obtenidos por Al Jazeera. El dinero fue asignado poco después de que Washington ayudara a dar vuelta a los resultados de las elecciones para empujar a Martelly al poder.
En la tarde de las elecciones de Haití el 28 de noviembre de 2010, 12 de los 18 candidatos a la presidencia tomaron el escenario en el glamoroso Karibe Hotel, en lo alto de las montañas que rodean la capital. Las elecciones fueron un desastre fraudulento, le dijeron a la prensa reunida, y la única manera de salir de esto es cancelar la votación y empezar de nuevo. El caos pronto envolvió a Puerto Príncipe y otras ciudades, cuando miles de jóvenes haitianos, muchos vestidos de color rosado, sinónimo de Michel “Sweet Micky” Martelly, salieron a las calles para denunciar al mismo tiempo el fraude electoral y anunciar la victoria de su candidato, muchos días antes de que se anunciara algún resultado oficial.
En medio del caos, los actores internacionales se movilizaron. En una reunión de emergencia en la casa del jefe de la misión de paz de la ONU, Edmond Mulet, líderes diplomáticos forzaron al entonces presidente René Préval para que aceptara su oferta de un avión para sacarlo del país y evitar una confrontación mayor.
Mulet también se acercó a los favoritos, entre ellos Martelly, diciéndoles que habían asegurado un lugar en la segunda ronda y que dejaran de hacer llamados para que se cancelaran las elecciones. Días más tarde, cuando el consejo electoral anunció los resultados preliminares que no incluían a Martelly para la segunda vuelta, las calles fueron tomadas una vez más en gran medida por los manifestantes pro Martelly. La Embajada de Estados Unidos emitió un comunicado cuestionando los resultados anunciados, lo que alimentó las manifestaciones en Puerto Príncipe.
La presión de estos manifestantes favorables a Martelly -el día de las elecciones y durante las semanas siguientes- fue un factor clave para convencer a EE.UU. y otros testigos internacionales para intervenir en las elecciones de Haití y obligar a la autoridad electoral a que cambiara los resultados de la primera ronda, con el fin de asegurarse de que Martelly permaneciera en la boleta electoral.
Según numerosos testimonios de primera mano, Mouvement Tét Kale (MTK), una organización política con estrechos vínculos con Martelly, participó activamente en estas movilizaciones callejeras. Ahora, documentos obtenidos tras solicitudes mediante la Ley la Ley de Información revelan que el gobierno de Estados Unidos más tarde proporcionó casi US$100,000 en apoyo al MTK, a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
El brazo de la USAID que financió al MTK (legalmente) puede proporcionar apoyo a grupos políticos, siempre y cuando se aporte apoyo a todos los partidos políticos por igual y no influya en los resultados electorales.
La segunda ronda de esas elecciones, celebradas en marzo de 2011, fue la última elección celebrada en Haití. Alcaldes en todo el país vieron expirar sus periodos en 2012 y fueron reemplazados por funcionarios políticos que están hoy en el poder. También en 2012, un tercio del Senado llegó al final de su mandato; sin nuevas elecciones, esto ha obstaculizado gravemente la capacidad del Senado para alcanzar un quórum y legislar.
El 12 de enero de 2015, en el quinto aniversario del terremoto, los periodos de los miembros de la Cámara de Diputados completa y otro tercio del Senado llegaron a su fin, permitiendo que Martelly gobierne por decreto.
Todo este tiempo, el gobierno estadounidense ha estado del lado del Presidente. El 11 de enero, cuando los líderes se apresuraron para improvisar un acuerdo de último minuto para evitar que el Parlamento se disolviera, la Embajada de Estados Unidos emitió un comunicado que vertía agua fría sobre las esperanzas de un acuerdo. Incluso, si no se alcanzaba un acuerdo, escribió: “EE.UU. continuará trabajando con el presidente Martelly y cualquier institución gubernamental haitiana legítima que se mantenga”.
Fondos de apoyo a grupos políticos
Fue a través de la Oficina de Iniciativas de Transición (OTI), rama de la USAID, específicamente mediante el contratista con fines de lucro Chemonics, que se proporcionó el apoyo para el MTK. El contrato de Chemonics con la USAID explica que su objetivo principal es “apoyar los objetivos de política exterior de EE.UU.”. Además, si bien señaló que la “OTI no puede crear una transición o imponer la democracia”, la oficina puede “identificar y apoyar a los individuos y grupos clave (… ) En resumen, OTI actúa como un catalizador para el cambio, donde hay suficiente voluntad política interna”.
En el período previo a las elecciones de Haití, la OTI financió campañas para aumentar el número de votantes que tenía como objetivo a los jóvenes de Haití, financió el primer debate televisado de Haití, y creó un sitio web para realizar un seguimiento de noticias y análisis de las elecciones. También proporcionó financiación a las organizaciones políticas en bandos opuestos, según un ex asesor técnico que trabajaba para el programa de la OTI para Chemonics y que habló bajo condición de anonimato debido a un acuerdo de confidencialidad con el contratista. El financiamiento de la USAID a los partidos políticos no es de por sí una violación de la política, a pesar de que está restringido. Los documentos que indican US$100,000 en apoyo al MTK no contienen información sobre alguna financiación a otros grupos.
La ayuda a partidos políticos de la USAID, elaborada en 2003 bajo la administración de George W. Bush, estimula el apoyo (PDF) a los partidos políticos como una manera de fomentar “amigos y aliados” y desarrollar las relaciones con los gobiernos entrantes. La política también cubre a las ONG que “funcionan como partidos políticos de facto”. Sin embargo, se permite el apoyo sólo bajo ciertas condiciones, incluyendo que todos los partidos democráticos reciban “niveles equitativos de ayuda” y que la financiación no afecte los resultados electorales. Las exenciones deben obtenerse con el administrador de la USAID para cualquier financiamiento fuera del ámbito de la política. El jefe de prensa de la USAID, Lisa Hibbert-Simpson, confirmó en un correo electrónico que no hay exenciones solicitadas en Haití desde el terremoto.
“Fue muy difícil ser no partidista”, dijo el exasesor técnico. En aquel momento, el programa de la USAID estaba dirigido por Chemonics y Development Alternatives Inc. (DAI). “Si un partidario de [Mirlande] Manigat va al DAI y pide ayuda (…) entonces OTI le pediría a Chemonics cómo ayudar al otro partido”. Un informe de 2009 del Servicio de Investigación del Congreso (PDF) sobre las actividades de la OTI calificó a la rama USAID de “abiertamente política” y dijo que si bien está sujeta a la política de apoyo a partidos políticos “su trabajo con frecuencia se presta a enredos políticos que pueden tener implicaciones diplomáticas”.
Assad Volcy, un portavoz de la plataforma política de la oposición Pitit Dessalines, no se sorprendió cuando se le mostraron pruebas de apoyo de Estados Unidos al MTK. “Dan dinero para controlar el poder”, dijo.
“Un movimiento electoral”
En mayo de 2011, a solo unos días de la toma de posesión de Martelly, la USAID proporcionó US$98,928 en apoyo al MTK. De acuerdo con la base de datos interna de la actividad de Chemonics, el apoyo era para la limpieza de la capital “antes de la toma presidencial”. Chemonics y la USAID se negaron a ser entrevistados para este artículo. En un comunicado enviado por correo electrónico, la USAID dice que se proporcionaron herramientas de mano para limpiar las calles como parte de un programa de “compromiso cívico”.
Tanto Chemonics como la USAID, en correos electrónicos por separado, utilizan exactamente el mismo lenguaje para describir al MTK, al llamar al grupo una “red de organizaciones de base comunitaria”, y no una organización política. Sin embargo, una persona que fue miembro del MTK de 2010 a 2014 y que pidió el anonimato por temor a represalias, explicó que desde el principio, MTK “fue un movimiento político”.
El exmiembro del MTK explicó que antes de las elecciones, muchos haitianos compraron tarjetas de membresía color rosa que los declaraba “la Base de Michel Joseph Martelly” (BMJM). Se suponía que las tarjetas rosadas servirían para conseguir empleos a la gente con el nuevo gobierno, así como descuentos en negocios locales. También era una forma tremendamente exitosa para obtener información personal de miles de votantes potenciales. En ese momento, los analistas señalaron la similitud con los infames Tontons Macoutes, la brutal policía secreta activa bajo la dictadura de François “Papa Doc” Duvalier, que tenía un sistema similar de tarjetas de membresía que facilitó el clientelismo y los privilegios para sus titulares.
La primera vuelta de las elecciones estuvo fatalmente viciada desde el principio. Con más de un millón de personas aun desplazadas por el terremoto y la epidemia de cólera que azotaba al país, se produjo una masiva privación de derechos previsible, porque la mayoría de los posibles electores simplemente se quedaron en casa. Los resultados iniciales dados a conocer por la autoridad electoral situaban a Manigat y al sucesor preferido de Préval, Jude Célestin, en la segunda vuelta electoral.
Durante días, multitudes de partidarios de Martelly salieron a las calles de la capital intentando empujar a su candidato a la segunda ronda. Estaban vestidos con su emblemático color rosa y en voz alta declaraban su apoyo al MTK. Muchos de ellos también llevaban sus tarjetas de membresía rosadas. Manigat, su eventual rival en la segunda ronda, apodó a los partidarios callejeros la “milicia rosada” de Martelly y advirtió sobre la amenaza de tolerancia política que ellos representaban.
“Era un movimiento electoral”, dijo durante una entrevista reciente en Puerto Príncipe un miembro actual del MTK, que ocupó diversos cargos en la organización y habló a condición de guardar el anonimato para evitar represalias. “Después de la primera ronda, nos fuimos a las calles a protestar (…) Este es el movimiento que puso a Martelly en el poder”.
El ex miembro del MTK dijo que, al principio, a los miembros se les dio tarjetas BMJM, pero que después de la elección les entregaron tarjetas nuevas, con las siglas MTK estampadas en ellas. Mostró sus dos tarjetas, que ya expiraron.
La presión de la calle y la presión diplomática liderada por Estados Unidos lograron revertir los primeros resultados de la primera ronda, en lo que el denunciante de la Organización de Estados Americanos (OEA), Ricardo Seitenfus, más tarde describió como un “golpe de Estado silencioso”. Una misión nominal de la OEA, pero en realidad, financiada en gran medida y controlada por el gobierno de los Estados Unidos, según los analistas, fue a Haití para analizar los resultados. Lo que recomendó la OEA no tenía precedentes. Sin ninguna base estadística, la misión, dijo que Martelly quedó en segundo lugar, y expulsó a Célestin de la segunda ronda. En una reunión privada en 2011, el jefe del equipo de estadística de la OEA, Fritz Scheuren, reconoció que en todos sus años, nunca había visto otro ejemplo de un resultado electoral que se revierte sin un recuento.
En una entrevista en enero de 2015, en su casa, en el histórico barrio de Pacot de Puerto Príncipe, el primer ministro de entonces, Jean-Max Bellerive, dijo que la primera vez que recibió el informe de la OEA sobre las elecciones, estaba claro que las conclusiones que no estaban respaldadas con pruebas en el informe. Según Bellerive, Mulet no aceptaría un resultado que puso a Célestin en la segunda vuelta. Hillary Clinton, la secretaria de Estado de entonces viajó a Haití a finales de enero de 2011 para presionar por el vuelco de la primera vuelta electoral. “Tratamos de resistir y lo hicimos, hasta la visita de Hillary Clinton. Fue entonces cuando Préval comprendió que no había salida, y aceptó” el informe de la OEA, dijo Bellerive.
Consolidación del poder
Sentado en una oficina con aire acondicionado, tras las puertas de Auction City en Petioville, el barrio rico de Haití, Georges Racine, el presidente del MTK defendió la misión social del grupo y comentó sobre la relación entre el movimiento y el partido.
“Empezamos la organización basados en las necesidades de Haití, y así comenzamos a entrenar a los primeros en responder”, dijo, y agregó que el objetivo inicial era tener a los primeros miembros del MTK en todas las localidades de Haití. Y los miembros del grupo han aparecido junto a la primera dama de Haití y actual candidata a senador, Sophia Martelly, en eventos importantes, como el Carnaval. Miembros fueron invitados al Palacio Nacional para recibir los certificados por su formación en primeros auxilios. “Al principio había más apoyo”, dijo, pero ahora “los patrocinadores tienen miedo de respaldar la organización, ya que la ven como política”.
Pero insistió en que el MTK es “totalmente independiente” del partido político de Martelly, Parti Haitiene Tét Kale (PHTK). Sin embargo, él no estaba tan seguro en el 2012, después de la creación del PHTK, cuando el principal diario de Haití, Le Nouvelliste, le preguntó sobre la relación del MTK con el partido. “No puedo decir si es un movimiento o si se trata de un partido. Contáctenme el lunes y voy a poder darle más información”, le dijo al periódico.
Michel Martelly, un famoso músico de kompa, que actuó con frecuencia para miembros del brutal ejército de Haití bajo Jean-Claude “Baby Doc” Duvalier, finalmente emergió triunfante de entre los escombros de las elecciones viciadas de Haití. Pero lo hizo sin una verdadera base política. Después de haber hecho campaña en la boleta de un pequeño partido, Repons Peyizan, llegó al cargo sin aliados en el Congreso y con menos del 5% de los votos del electorado.
La USAID se apresuró a señalar que “Mouvement Tet Kale no es lo mismo que el Partido Tet Kale, que entró en vigor en 2012 -un año después de la toma de posesión y la donación”. No obstante, Bellerive explicó que en Haití los políticos montan movimientos electorales para llegar al cargo y que después consolidan su partido. Y no fue diferente con Martelly, dijo.
En la sede del PHTK, detrás de un portón palaciego, rodeada de árboles frondosos, el representante del partido, Roudy Chute, explicó el papel del MTK, sobreponiendo su voz al fuerte zumbido de un aire acondicionado. “El MTK fue un movimiento de campaña, pero necesitábamos un partido político, y el presidente estuvo de acuerdo”, dijo. “Así que aprovechamos al MTK y formamos el PHTK.”
“Después que creamos al PHTK, algunos querían quedarse fuera del partido para que no se les limitara en qué actividades podían participar”, dijo. “Recibimos ayuda del exterior (…) El MTK existe porque los necesitamos”.
Racine, quien está activo en el PHTK, reconoció que durante la elección él y otros partidarios formaron el MTK con el fin de “ayudar a Martelly”. A la pregunta sobre su papel como jefe del MTK y su activismo político, Racine respondió que él “lleva dos sombreros”. Un cartel de la campaña de Martelly de 2010 lo mira desde la puerta. Racine se convirtió en secretario de Estado del Interior, el poderoso ministerio a cargo de la seguridad interior, en 2011, aunque más tarde, tranquilamente, renunció cuando surgieron interrogantes acerca de su ciudadanía haitiana.
A la espera para hablar con Racine, Al Jazeera observó un SUV con vidrios polarizados y placas del gobierno que llegó al estacionamiento. De él descendió la esposa de Georges Racine, Magalie Racine. Su madre, una poderosa Tonton Macoute, dirigió un notorio campo de tortura durante la dictadura de François Duvalier, y los vínculos de la familia con las cifras de esa época son profundos. A principios de 2013, la señora se convirtió en ministro de la Juventud, el Deporte y la Cultura, que ha estado en el centro de las acusaciones de corrupción que involucran a la primera familia desde hace años.
¿Continúa el apoyo?
En el depósito de almacenamiento del MTK, cajas de ropa usada alcanzan por lo menos 15 pies de altura, en medio de filas desordenadas de electrodomésticos y muebles viejos. Un joven que se desplaza por los alrededores mientras vienen y van camiones que dejan productos y montan carga fresca, explicó que gran parte del equipo viene de las aduanas haitianas, que proporciona bienes confiscados para Auction City, (la “ciudad de las subastas”), un gran centro de subastas y también la sede principal del MTK, para venderlos. Georges Racine lo confirmó. Esa relación es anterior a la elección de Martelly.
Racine dijo inicialmente que el grupo no recibió fondos del gobierno de Estados Unidos, pero una vez que se le presentaron las pruebas de la financiación, reconoció que la USAID proporcionó cierto apoyo después de las elecciones de 2011. “Después pararon, creo por aprehensión. Ellos nunca lo dijeron, pero yo sospechaba que era porque nos veían como políticos”, dijo. La primera vez que él se acercó al gobierno de Estados Unidos para la financiación durante la campaña, los funcionarios ofrecieron construir el primer centro del movimiento, pero luego retrocedieron, dijo.
La USAID confirmó por correo electrónico que “esta es la única subvención concedida por la USAID / OTI, a través de Chemonics, al MTK”. Pero ya sea deliberadamente o no, el gobierno de Estados Unidos continúa brindando apoyo al movimiento. Racine dijo que ha tenido problemas para conseguir fondos para el MTK y que el principal apoyo para el movimiento en este momento proviene de Auction City.
Desde por lo menos 2003, la Embajada de Estados Unidos ha vendido su viejo equipamiento, incluidos los vehículos, a través de Auction City, proporcionando apoyo indirecto para Racine y sus grupos políticos. Un exfuncionario de la USAID, que no estaba autorizado a comentar sobre la relación y pidió no ser identificado, confirmó que Racine “tiene grandes subastas, a menudo de los equipos de la comunidad internacional, específicamente de la USAID (…) Ellos lo saben muy bien”.
Las próximas elecciones
Sin un parlamento funcionando desde enero, Martelly programó las elecciones por decreto, con la primera ronda de elecciones legislativas programada para el 9 de agosto. Aún así, la mayoría de los haitianos dijo en una encuesta reciente que no creen que las elecciones se vayan a realizar. Si tienen lugar, el partido político de Martelly estará en una posición de fuerza.
Jean André Victor, el coordinador de la plancha MOPOD de oposición, dijo en su pequeña oficina, llena de carpetas viejas y papelería, que el Gobierno consolida el poder con el fin de debilitar a los partidos de oposición. “Las elecciones por amor a las elecciones, no son nada”, dijo. “La comunidad internacional ve las elecciones como el ‘Día de las Elecciones’, pero es el proceso lo que nos importa”.
Después de haber pasado tres años consolidando su red, sin tener que competir en las elecciones, el PHTK pudo registrar más candidatos que cualquier otro partido político. Víctor y otros alegan que casi la mitad de los 128 partidos políticos registrados están estrechamente alineados con el partido del Presidente, con su presencia en las boletas que sirven sólo para confundir y dividir el voto.
Pero si el PHTK tiene éxito, no será debido a la base de apoyo que empujó a Martelly a la Presidencia. La desilusión con el gobierno se estableció rápidamente. Una encuesta reciente mostró un índice de aprobación de casi 20 puntos inferior a la media nacional en el departamento de suma importancia, Oeste, el hogar de los muchos barrios más pobres de los cuales salieron sus partidarios a tomar las calles en 2010.
El exmiembro del MTK se recostó en su silla plástica del jardín, su frustración con el movimiento claramente evidente. “Antes de las elecciones, ellos son tus amigos, pero después se van. Los que buscan el cambio se van a decepcionar. No hay ningún cambio con el MTK”, dijo, sacudiendo la cabeza.
Jake Johnston es investigador asociado del Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR). Él es el autor principal del blog Haiti: Relief and Reconstruction Watch.