•Press Release
7 de agosto, 2007
Para publicación inmediata: 7 de agosto, 2007
Contacto: Juan Antonio Montecino, 202-293-5380 x118
Washington, DC: Un nuevo informe publicado por el Centro de Investigación en Economía y Política (Center for Economic and Policy Research – CEPR) analiza el comportamiento de la economía venezolana durante los últimos ocho años y concluye que dicho comportamiento no se ajusta al modelo de “una bonanza petrolera en camino al colapso,” como generalmente se sugiere.
“No existe un final obvio a la vista para la actual expansión económica de Venezuela,” comentó el economista Mark Weisbrot, codirector de CEPR y coautor del informe, “La economía venezolana en tiempos de Chávez ”.
En el informe, publicado originalmente en inglés el 26 de julio, se observa el daño causado a la economía venezolana por la inestabilidad política vivida durante los primeros cuatro años de la presidencia de Hugo Chávez. Sin embargo, una vez restablecida la estabilidad política en el país – cuando la huelga petrolera entre diciembre de 2002 y febrero de 2003 llegó a su fin – la economía comenzó un crecimiento rápido y constante durante los últimos cuatro años.
Desde el punto más bajo de la crisis, en el primer trimestre de 2003, el PIB real de Venezuela ha crecido en un 76 por ciento.
Adicionalmente, en la actualidad, el sector privado todavía representa una porción más grande de lo que era cuando Chávez asumió la presidencia.
En términos reales (es decir, después de corregir por los efectos de la inflación), el gasto social por persona se ha incrementado en un 170 por ciento durante el periodo entre 1998 y 2006. Pero esto no incluye el gasto social realizado por PDVSA, de un 7,3 por ciento del PIB en 2006. Si se incluye esta cifra, el gasto social se incrementó en al menos 314 por ciento entre 1998 y 2006 (en términos del gasto social real por persona). Este incremento en el gasto social ha resultado en importantes beneficios para los pobres en términos de atención a la salud, alimentos subsidiados y un mayor acceso a la educación; algunos de los cuales se tratan con mayor detalle en el informe.
El índice oficial de pobreza, el cual mide solamente ingresos monetarios y no refleja avances como el mayor acceso a la salud y la educación, se ha reducido en un 31 por ciento entre 1998 y finales de 2006 – desde 43,9 por ciento del total de hogares hasta 30,6 por ciento. La tasa de desempleo ha caído desde un 15 por ciento en junio de 1999 hasta el 8,3 por ciento en junio de 2007.
Los autores del informe también consideran la política fiscal, monetaria y cambiaria, así como otras políticas del gobierno, la inversión y la sostenibilidad de la actual expansión económica. Los autores también observan que el gobierno enfrenta desafíos importantes a mediano plazo para controlar la inflación y lograr un mejor nivel de competitividad para la moneda venezolana. Sin embargo, una deuda pública en disminución (como porcentaje del PIB), un amplio superávit en cuenta corriente y la acumulación de reservas internacionales le han proporcionado al gobierno un seguro bastante fuerte contra una caída en los precios del petróleo. Esta situación macroeconómica favorable también le ha otorgado al gobierno bastante flexibilidad en su lucha contra la inflación y un relacionado desequilibrio en el tipo de cambio. Es por esto que los autores concluyen que, contrario a la opinión general, no existe una amenaza inminente a la expansión económica que actualmente experimenta el país.