•Press Release Latin America and the Caribbean
28 de noviembre, 2011
Un análisis estadístico muestra que las acciones de la OEA fueron inconsistentes con datos electorales.
Para publicación inmediata: 28 de noviembre, 2011
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Washington, D.C. – Una misión de la Organización Estados Americanos (OEA) cambió los resultados de la primera vuelta de las elecciones el año pasado en Haití, a pesar de que no había evidencia estadística para hacerlo, señala una publicación del Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR).”
Las acciones de la OEA, que incluyen la revocación de los resultados electorales sin mayor justificación ni recuento de votos, pone en duda la credibilidad del organismo como una institución independiente, mediador neutral u observador electoral,” dijo el co-director de CEPR,Mark Weisbrot. “Es difícil ver esto como algo menos que una intervención política.”
Es más, dijo Weisbrot, “cualquier gobierno que esté considerando involucrar a la OEA en sus elecciones debería reconsiderarlo hasta que la OEA haga una investigación de sus abusos en Haití y tome pasos para que esto no ocurra de nuevo.”
Weisbrot señaló que el propósito de la publicación de CEPR no era de poner en duda la legitimidad del gobierno haitiano, ni de proporcionar evidencia sobre quien debería haber sido elegido como presidente en Haití. Más bien, el propósito era investigar si la OEA tuvo alguna base empírica o estadística para cambiar los resultados electorales.
La publicación, “La Organización de Estados Americanos en Haití: ¿Monitoreo de elecciones o intervención política?” por David Rosnick, muestra que la metodología prescrita por la OEA consistiendo en descartar actas de votaciones “sospechosas” no habría llevado la cuenta de votos más cerca a la intención de los votantes. Después de que se descartaran varias actas de votación los resultados de la primera vuelta electoral fueron revocados, colocando a Michel Martelly (ahora presidente) en segundo lugar y a Jude Célestin en tercer lugar, de este modo eliminándolo de la segunda vuelta. Subsecuentemente, el gobierno de Estados Unidos colocó extrema presión sobre el gobierno de Haití para que aceptara la eliminación del candidato del gobierno (Célestin). Cables de Wikileaks que fueron recientemente revelados demuestran que el gobierno de EE.UU. se había puesto en contra del gobierno de Haití por razones políticas.”
El punto aquí no es que la OEA y el CEP [el consejo electoral provisional de Haití] deberían haber incluido imputaciones en la cuenta original, pero que de hecho imputaron ‘ceros’ para estas actas,” afirma la publicación.
Por medio de un profundo análisis estadístico de todas las actas de votación de la primera vuelta electoral, el autor fue capaz de modelar cientos de posibles situaciones basadas en las imputaciones de los datos ausentes y desaparecidos. Los resultados muestran que Célestin, y no Martelly, fue el candidato que más probablemente hubiera conseguido el segundo lugar.
La publicación señala que la misión de la OEA sólo examinó una parte del número total de actas de votación, y que las actas que decidió descartar provenían, de manera desproporcionada, de áreas que estaban a favor de Célestin. La OEA no usó ningún tipo de inferencia estadística para calcular cuáles hubieran sido los resultados si hubieran examinado el 92 por ciento de actas de votación que no examinaron. Es más, la OEA ni intentó tomar en cuenta el impacto de más de 150,000 votos ausentes o desaparecidos, casi 12 por ciento del total.
La publicación concluye con el hecho de que la Misión de la OEA “consideró cuatro maneras de dar remedio a la alta tasa de irregularidad en las actas de votación. De estas cuatro, tres – cambiar la elección enteramente, conducir una recuenta en selectas áreas problemáticas, o conducir una recuenta nacional – hubieran por lo menos abordado estos problemas. Es desafortunado que la OEA haya decidido simplemente descartar boletas selectas por razones técnicas.”
“Es absurdo que ellos hayan revertido los resultados de la primera etapa de las elecciones, o que hayan apoyado cualquier resultado,” afirma la publicación en su conclusión.La elección también estuvo estropeada por la exclusión del partido político más popular del país, y un nivel bajísimo de concurrencia de votantes (la participación en la primera vuelta fue de sólo un 24 por ciento).
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