Hillary Clinton y el misterio del asesinato de Venezuela: ¿Quién mató a Luis Manuel Díaz?

05 Diciembre 2015

Mark Weisbrot
HuffPost Voces, 5 de diciembre, 2015

Huffington Post, 4 de diciembre, 2015

Ver el artículo original.

In English.

El 30 de noviembre, Hillary Clinton declaró que estaba “indignada por el asesinato a sangre fría de Luis Manuel Díaz en un escenario de un mitin la semana pasada”. Se refería a la muerte de un líder de la oposición en Venezuela el 25 de noviembre. Sus observaciones dejaron claro que ella estaba culpando al gobierno por el asesinato. Sus declaraciones parecieron ser parte de una campaña internacional para deslegitimar las elecciones legislativas del domingo en Venezuela, y se extendieron rápidamente a través de los medios de comunicación del mundo.

Clinton está familiarizada con este tipo de campañas internacionales que tienen como objetivo un cambio de régimen. En su reciente libro, “Hard Choices” (Decisiones difíciles) reconoce su papel en 2009 en ayudar a impedir que el presidente democráticamente electo de Honduras, derrocado en un golpe militar, regrese al poder; y correos electrónicos, recientemente filtrados, añaden más detalles al respecto.

Vale la pena analizar con cierto detalle este tiroteo y sus repercusiones, ya que proporcionan un convincente, y quizá un típico, ejemplo de cómo los medios internacionales han sido manipulados, por más de 15 años, para crear una imagen de Venezuela que se alinea con ciertos objetivos de la política exterior de EE.UU.

Pocas horas después de la matanza, comenzaron a aparecer hechos que ponen en duda la versión ampliamente difundida de los acontecimientos. Las autoridades venezolanas comenzaron a  investigar el asesinato, y emitieron declaraciones que afirman que Díaz fue parte de una mafia local, y fue asesinado por sus rivales en venganza por un asesinato en el que él estuvo implicado.

Durante uno o dos días, estas declaraciones ni siquiera aparecieron en los medios de habla inglesa. A medida que los días pasaban, más detalles comenzaron a surgir. De acuerdo con estos informes, Díaz, la víctima, quien era el secretario general del partido de la oposición Acción Democrática (AD) en el estado Guárico, estaba siendo enjuiciado por su implicación en un asesinato. Presuntamente, fue miembro de una banda criminal de la zona, denominada “Los Plateados”, involucrada en una guerra territorial con una banda rival, “El Maloni”. El asesinato ocurrido en 2010, y en el que fue acusado de participar, involucra a dos miembros de la banda rival. Según testigos, rara vez salía de su casa porque temía por su vida. El hombre acusado de matarlo en el mitin político, Oscar de Jesús Noguera Hernández, era miembro de “El Maloni.”

Es evidente la existencia de dos relatos: el del gobierno, que señala que se trataba de un asesinato de la mafia como resultado de una disputa entre bandas rivales; y el relato de Hillary Clinton/la oposición venezolana/medios internacionales, que apunta a que se trataba de un asesinato político vinculado al gobierno con la intención de intimidar a la oposición. ¿Cuál tiene más posibilidades de ser cierto?

Se puede hallar una pista observando la reacción de la oposición venezolana a las noticias y reportes de investigación que apuntan a la participación de Díaz y sus presuntos asesinos en el crimen organizado. Políticos de la oposición, que habían culpado rápidamente al gobierno por el asesinato cuando sucedió, no se han pronunciado. Normalmente, no son tímidos a la hora de ridiculizar al gobierno cuando ofrece su versión de los acontecimientos. Según informes de prensa, los políticos de AD no se presentaron en el funeral de Díaz. El silencio al respecto ha sido abrumador. Esto podría deberse a que todo el mundo ha llegado a la conclusión de que la versión del gobierno es básicamente cierta.

Los periodistas de los medios internacionales y de la oposición venezolana no han mostrado interés en la investigación criminal o los hechos relacionados con la misma. Dado que se trata de un importante acontecimiento que ha formado las percepciones del proceso electoral en Venezuela en el medio de una campaña muy reñida, podría pensarse que sería de interés para los periodistas que cubren las elecciones. (Otra noticia no difundida: ¿Cómo se explica que Acción Democrática tuviese una figura de la delincuencia organizada como su secretario general en un estado?)

Hasta el momento, ningún periodista ni siquiera se ha tomado la molestia de pedirles a los políticos de la oposición, o a sus partidarios como Hillary Clinton, o el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, si creen que se trataba de un asesinato político, dado el hecho de que existe una investigación penal en curso. Almagro ha estado haciendo campaña en contra de Venezuela desde el inicio de la campaña electoral. Inmediatamente después del asesinato, emitió un comunicado implicando de manera enérgica la responsabilidad del gobierno en los hechos.

El jueves, la fiscal general de Venezuela emitió un comunicado señalando que uno de los sospechosos detenidos, Ronald Hernández, había confesado haber disparado las balas que mataron a Díaz. Al escribir esto, ninguno de los principales medios de comunicación de habla inglesa ha informado sobre esta noticia.

La justicia es lenta en Venezuela, por lo que probablemente pasará aún un tiempo antes de que se desarrolle el juicio de los acusados. Pero para el gobierno de Estados Unidos, Hillary Clinton y sus aliados de la oposición, la misión ha sido cumplida. Es probable que el 98% del mundo que haya oído algo sobre las elecciones venezolanas ahora piense que el gobierno venezolano está asesinando opositores políticos. Los defensores del “cambio de régimen” tomarán a la opinión pública internacional en cuenta cuando decidan si se debe reconocer los resultados de las elecciones del domingo, o si salen a las calles a manifestarse violentamente, como lo hicieron después de las elecciones presidenciales de 2013.

Es así como se forma la opinión pública cuando el gobierno de Estados Unidos se dirige contra un país para un cambio de régimen, trátese de una dictadura, como Irak, o de democracias, como Honduras y Venezuela. Es bueno tener esto en mente cuando usted lea las noticias internacionales.


Mark Weisbrot es codirector del Center for Economic and Policy Research en Washington, D.C., y president de  Just Foreign Policy. También es autor del reciente libro llamado “Failed: What the ‘Experts’ Got Wrong About the Global Economy (2015, Oxford University Press).”

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