04 Abril 2014
Dan Beeton
The Americas Blog (CEPR), 4 de abril 2014
Cables del Departamento de Estado publicados por Wikileaks revelan que la subversión USAID/OTI en Venezuela se extendió hasta la época de la administración Obama.
Una nueva investigación de la Associated Press acerca de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID), involucrada en la creación de una red de medios de comunicación social al estilo de Twitter en Cuba, ha recibido mucha atención esta semana, al punto de convertirse la noticia en tendencia líder en Twitter durante gran parte del día en que la historia fue develada. Además la investigación provocó comentarios de varios miembros del Congreso y otros responsables políticos. El proyecto “ZunZuneo”, que de acuerdo con los informes de AP estaba “dirigido a socavar el gobierno comunista de Cuba”, fue supervisado por la Oficina de Iniciativas para la Transición (OTI), de la USAID. AP describe la OTI como “una división que se creó después de la caída de la Unión Soviética para promover los intereses de Estados Unidos en casos de cambio rápido de entornos políticos, pasando por encima de la burocracia habitual.” Sus esfuerzos por socavar el gobierno cubano no son inusuales, teniendo en cuenta los antecedentes de la organización en otros países de la región.
Como el codirector de CEPR, Mark Weisbrot, describe en una entrevista con el programa ??de radio “Las letras y la política” de la emisora KPFA la USAID, y la OTI en particular, se han involucrado en varios esfuerzos para socavar a los gobiernos elegidos democráticamente de Venezuela, Bolivia y Haití, entre otros, y tales “sociedades abiertas” podrían ser más propensas a ser afectadas por este tipo de actividades que Cuba. Documentos gubernamentales desclasificados muestran que la USAID en Venezuela jugó un papel central en el financiamiento y el trabajo con los grupos e individuos que participaron en el efímero golpe de estado contra Hugo Chávez en el 2002. Un contratista clave para la USAID/OTI en ese esfuerzo ha sido el Development Alternatives, Inc. (DAI).
Cables del Departamento de Estado hechos públicos por Wikileaks recientemente revelan que la subversión USAID/OTI en Venezuela se extendió hasta la época de la administración Obama (hasta 2010, cuando supuestamente el financiamiento de la OTI en Venezuela parecía haber terminado), y la DAI siguió desempeñando un papel importante. Un cable del Departamento de Estado de noviembre de 2006 explica la estrategia de la embajada de EE.UU. en Venezuela y cómo la USAID/OTI planificó las “actividades de apoyo a [ la ] estrategia”:
(S) En agosto de 2004, el Embajador destacó la estrategia de 5 puntos de su equipo en el país para orientar las actividades de la embajada en Venezuela en el período 2004-2006 (en concreto, desde el referéndum hasta las elecciones presidenciales de 2006). El enfoque de la estrategia es: 1) Fortalecimiento de las Instituciones Democráticas, 2) Penetración de la Base Política de Chávez, 3) Dividir al chavismo, 4) Protección de los negocios vitales de EE.UU., y 5) Aislamiento de Chávez a nivel internacional.
Entre las formas en que la USAID/OTI apoyó la estrategia se destaca el financiamiento y el entrenamiento de los grupos que participaron en las protestas. Un cable de agosto de 2009 cita al jefe de la oficina de la USAID/OTI para Venezuela, y contratista de la DAI, Eduardo Fernández, quien afirma que durante las protestas de 2009, todos los organizadores de la protesta recibieron fondos de la DAI:
¶5 (S) Fernández dijo a DCM Caulfield que creía que los [Cuerpos de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas] tienen el doble objetivo de obtener información sobre los beneficiarios de la DAI y cortar su financiamiento. Fernández dijo que “las calles están calientes”, en referencia a las crecientes protestas contra los esfuerzos de Chávez para consolidar el poder, y “todas estas personas (los que organizaron las protestas) son nuestros beneficiarios”. Fernández ha estado al frente de los programas de formación y de la donación no partidista desde 2004 para la DAI en Venezuela”.
Un cable de Noviembre de 2006 describe otro ejemplo del trabajo conjunto de la USAID/OTI con sus socios en Venezuela para “cerrar la ciudad”:
11. (S) CECAVID: Este proyecto apoyó a una ONG que trabaja con mujeres en los sectores informales de Barquisimeto, la quinta ciudad más grande de Venezuela. La capacitación ayudó a negociar con el gobierno de la ciudad para ofrecer mejores condiciones de trabajo. Luego de aceptar las condiciones de las mujeres, el gobierno de la ciudad dio marcha atrás y las mujeres bloquearon la ciudad por dos días obligando al alcalde a volver a la mesa de negociaciones. Este proyecto está siendo replicado en otra zona de Venezuela.
Las implicaciones para la situación actual en Venezuela son evidentes, a menos que estemos dispuestos a asumir que esas actividades han terminado a pesar de las decenas de millones de dólares en fondos de la USAID destinados a Venezuela, algunos canalizados a través de organizaciones como Freedom House y el International Republican Institute (IRI), algunas de las cuales también financiaron los grupos involucrados en el golpe de 2002 (que el IRI aplaudió públicamente en su momento) .
El mismo cable de Noviembre de 2006 señala que uno de los objetivos del programa OTI es reforzar el apoyo internacional a la oposición:
… la DAI ha traído docenas de líderes internacionales a Venezuela -profesores universitarios, miembros de ONG y líderes políticos- para participar en talleres y seminarios, que luego regresan a sus países con una mejor comprensión de la realidad venezolana y como defensores más fuertes de la oposición venezolana.
Muchos de los miles de cables procedentes de la Embajada de EE.UU. en Caracas que han sido puestos a disposición por Wikileaks describen una comunicación regular y la coordinación con los líderes de la oposición y con estos grupos. Uno de los favoritos es la ONG Súmate y su líder María Corina Machado, que ha sido noticia en los últimos dos meses por su papel en las protestas. Los cables muestran que Machado históricamente ha asumido posiciones más extremas que algunos otros líderes de la oposición, y la embajada ha cuestionado al menos en privado la estrategia de Súmate de desacreditar el sistema electoral de Venezuela, que a su vez ha contribuido a las derrotas de la oposición en las urnas (sobre todo en 2005, cuando un boicot de la oposición llevó a la completa dominación chavista de la Asamblea Nacional). Las protestas actuales no son diferentes; Machado y Leopoldo López lanzaron la campaña conocida como “La Salida” a finales de enero con el objetivo declarado de obligar al Presidente, Nicolás Maduro, a abandonar Miraflores, y comprometiéndose a “crear el caos en las calles”.
El apoyo de la USAID para la desestabilización no es ningún secreto para los gobiernos aquí mencionados. En septiembre de 2008, en medio de una campaña violenta, racista y pro-secesionista contra el gobierno democráticamente electo de Evo Morales en Bolivia, Morales expulsó al embajador de EE.UU., y Venezuela hizo lo mismo “en solidaridad”. Bolivia más tarde puso fin a toda la participación de la USAID en Bolivia luego de que la agencia se negó a revelar quién estaba financiando los proyectos subversivos en el país. Se había descubierto una maniobra de la embajada de EE.UU. en Bolivia, que le pedía a voluntarios del Cuerpo de Paz y a becarios de la Fulbright en el país que realizaran labores de espionaje.
Al comentar sobre el fracasado programa ZunZuneo de la USAID/OTI en Cuba, el Presidente del Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental del Congreso, Jason Chaffetz (R-UT ), comentó que: “Eso no es lo que USAID debe hacer[.] La USAID representa a Estados Unidos y debe ser reconocida en todo el mundo como un mediador honesto para hacer el bien. Si empieza participar en actividades subversivas encubiertas, la credibilidad de los Estados Unidos se va al piso.”
Pero la trayectoria de la USAID como participante en actividades subversivas es larga, y la credibilidad de EE.UU. como un “intermediario honesto” se perdió hace muchos años.
Dan Beeton es director de comunicaciones internacionales del Centro de Investigación en Economía y Política en Washington, D.C.